Aunque con un poco de retraso, pero
aprovechando que sus historias se pueden adquirir actualmente en los
kioscos, vamos a hablar sobre uno de los héroes enmascarados más
representativos de la historia del tebeo español.
Todo comienza durante el reinado de los
Reyes Católicos...
El atormentado Conde de Roca, se
encuentra dando un paseo por las tierras de su vecino, el Conde de
Torres. Coincide con la hija de este, Ana María, que como buena
vecina, y al ver lo abatido que está el Conde, le insta a que se
desahogue contándole su desdichada vida…
Esto es lo que le cuenta...
Hace 20 años Alí-Kan, uno de los
jefezuelos árabes, raptó a la joven y reciente esposa del Conde de
Roca, durante una de sus numerosas incursiones. Por más que lo
intentó, el Conde nunca fue capaz de liberarla...
Hace solo 2 meses, el Conde recibió la
visita de un joven, alto y fornido, que traía malas noticias sobre
su mujer. Alí-Kan la había matado. Como prueba de sus palabras, el
joven le entregó un anillo, perteneciente a su esposa. También le
confesó que era hijo suyo, pues su madre ya le había concebido
cuando fue raptada.
Alí-Kan se casó con ella tan pronto
la raptó, y ocho meses después nació él... Por miedo a que matara
al retoño, ella no confesó quien era el verdadero padre. El líder
musulmán, creyó que el niño era suyo y como tal lo crió. La madre
nunca le dijo nada al niño…
Al cumplir 18 años, el joven se
distinguió como un gran guerrero, siendo el azote de las fuerzas
cristianas...
Su madre, que sufría sin medida con lo
que hacía su hijo, no pudo resistir más y le confesó que Alí no
era su verdadero padre. Es durante esta confesión que Alí-Kan
escucha la verdad y mata a su esposa cristiana. Cuando intenta hacer
lo mismo con el joven, no puede con él. Alí-Kan es derrotado y dado
erróneamente por muerto. Con su madre moribunda en brazos, el joven
la escucha pronunciar sus últimos deseos... Le pide a su hijo que
huya y que vuelva con su verdadero padre, para poder luchar al lado
de la cruz...
El Conde de Roca, inicialmente
desconfía y no puede creer lo que oye. El joven se marcha y parte
como un rayo, no sin antes prometer que luchará contra los moros y
que no volverá junto al Conde hasta conseguir las pruebas que
demuestren lo que ha dicho...
Pero hay un problema… El joven,
cuando creía que era hijo de Alí-Kan, había causado numerosas
bajas entre las fuerzas cristianas, pues tal era su destreza como
guerrero. Perseguido por su pasado, para poder luchar ahora junto a
ellos y defender la cristiandad, decide llevar un antifaz para
proteger su identidad, y evitar represalias. Con el símbolo de la
cruz en su pecho y mostrando un valor sin medida, serán ahora los
musulmanes los que padecerán su furia.
Y así nace el Guerrero del Antifaz...
Creado por el prolífico Manuel Gago
García, en el año 1944 para la editorial Valenciana, pronto se
convirtió en una de las series más populares de la época. De trazo
un poco tosco, sobre todo al inicio, fue evolucionando hacia un
dibujo más ágil y dinámico, de los que transmiten acción a
raudales. Cierto es que esta calidad y dinamismo percibidos, se
deslucían un poco al tener sus páginas unos fondos escasamente
trabajados. Hay que entender que el autor se encargó casi en
solitario, tanto del guión como del dibujo, con lo cual podemos
disculpar la ausencia de los fondos que creemos se merecía esta gran
obra... Todo ello sin entrar en detalles ideológicos, que parece que
siempre lastran, entre los aficionados, la valoración final de todas
las obras creadas en aquellos años… Seguramente el autor intentó
reflejar las costumbres, de forma más o menos fidedigna,
correspondientes a la época medieval. Sin olvidar también, que para
poder publicar, había que respetar una serie de requisitos de
obligado cumplimiento, necesarios para poder soslayar la censura. No
obstante, y situándonos siempre en el contexto en que se crearon
estas aventuras, creo que gustarán a gran parte de los aficionados
del género.
Dentro de sus páginas encontrareis,
valor, arrojo, acción, amor... Así como lealtad, traición,
venganza... Ningún desafió es demasiado grande para el León
cristiano.
En otra ocasión comentaremos los
personajes más importantes que se cruzan en el camino de nuestro
protagonista...
A leer tocan...
Textos: Juan José Martínez Cámara.
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